sábado, 7 de octubre de 2023

Estrella fugaz

¿La aceleración en mi presión arterial es equivalente a la constante prisa con la que vivo? 

Más de uno me ha recomendado acudir con el sanador local; "Le recomiendo, maestra, meditar 10 minutos al día", "Debes relajarte", "Frótate un huevo, Estrella!", "Te voy a regalar un cuarzo", . ¿Es acaso la constante pérdida de mis llaves la consecuencia de mi  nula concentración? ¿Es despiste o malas vibras? ¿La acelaración de mi vida es tan obvia, o yo no paro de hablar de eso? Posiblemente ambas.

Participé en el concurso de oposición para ingresar a la SEP en el 2017, y pude adquirir 15 horas en la ciudad de Río Bravo. Para ser una persona nacida en los privilegios, la vida me fue complicada durnte mi primer año de servicio. Todo un año sin paga, un matrimonio horrible y el desplazamiento a otra cuidad diariamente en camión. Aun así, nunca desminuí el entusiasmo, siempre he sido muy activa (mi única virtud, creo). 

Pasan los años, finalizo mi matrimonio, la pandemia arrasa con la vida como la conocíamos, y se me permite presentar nuevamente para adquirir más horas. Sería mentir si dijera que me preparé, con lo egocéntrica que, claramente, soy, estaba confiada en los resultados, y otra parte de mí aceptaba el probable fracaso. Los resultados llegaron y fueron... mediocres. No reprobada, no la más alta, en la lista de prelación fui como el lugar 30. Mis esperanzas se fueron al caño, no esperaba nada, otro año desperdiciado. Tal fue mi sorpresa, que alcancé tomar 10 horas en Reynosa. La emoción me inundó, realmente necesitaba más dinero: ahora madre soltera, necesitaba ser el Santa Claus que me prometí ser para mi hijo. Al llegar, un horario horrible. Me consumía toda la tarde, más las clases extracurriculares de mi hijo, hacían estragos en mí. Pero bueno, yo, bendecida, ¿no?

Se me ocurre volver a concursar, al fin y al cabo, entre más ganas, más gastas, y mi salario actual solo me dejaba vivir. Participé, cambian las reglas del concurso y solo se me permite tomar horas en Río Bravo, el municipio que no quería, para mi mala suerte. De igual forma, pude tomar 5 horas más. Ahora sí, Yisus me quería demostrar que existía, pero se derrumbó toda creencia cuando vi mi horario. La única forma de asistir sería, viajar a Río Bravo en la mañana para impartir 15 horas, regresar a Reynosa para 10, volver a Río Bravo para 5 y finalmente regresar a Reynosa para atender a mi hijo.

Así me sucedían los días, levantarse a las 5a.m., terminar la jornada a las 8 30 pm, y dormir a las 12am, si todo salía como debía. Me aferraba a la idea de que el siguiente ciclo, me acomodarían las horas y todo saldría perfecto. No contaba con esa mala suerte respirándome en la nuca, ya que, no me acomodaron mi horario de forma funcional y sostenible, y hasta el día de hoy, continúo con mi vida veloz. 

Mi hijo ingresó a una escuela en Estados Unidos, y gracias al apoyo de mis padres que me ayudan a llevarlo y traerlo, ha sido posible realizar la rutina. Pero ahora nos levantamos a als 4:30 am, y en las noches que llega, hay que ayudarlo a leer en inglés, para que no se quede atrás. Lo cuál ha traído enormes cantidades de tiempo más al intervalo que teníamos libre.

Y es que si solo fuera el trabajo, quizás no habría una aceleración, pero tmb es la labor del hogar, las comisiones, los proyectos que encargan, el sindicato me consume, la presidencia de academia, los trabajos de las tres academias, el doctorado que estoy cursando. Estoy presente en todas las escuelas, y en ninguna. Soy fugaz, efímera, temporal para todo. Siempre puedo, pero muero un poco cada día. Y creo que se nota. Es posible que esté exagerando, es decir, ¿cuántas personas más tienen un ritmo acelerado y no están escribiendo un blog para descargar su frustración? Es solo que, no siento que esté haciendo un impacto o algo que importe en la vida, pero a la vez, ¿es importante que importe? ¿No somos todos a su vez una temporalidad en el plano terrenal? ¿Qué demonios estoy haciendo con el tiempo?

Supongo que hoy, ayer, este último mes, has sido pesado. Quizás solo fue un mal día. 

Lo releo y me sueno tonta, pero así lo dejaré, para recordarme que nada soy.


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